Sunday, December 13, 2009

2009


Desde hace ya algún tiempo tengo la mala costumbre de hacer el balance del año en función de los shows que pude ver, de los discos que compré (y disfruté) y de los grandes eventos en la música.



Este año, tal vez me sea no necesariamente más difícil pero si comprometedor hacerlo en función de la música. Si comienzo por nombrar el nacimiento de mi adorable Valentina tal vez no haya razón por la cual escribir de otra cosa, sin embargo, siendo este un blog de música, tal vez deba resumir “la hora estelar de mi vida” en las 264 veces que hice sonar “Nuit Blanche” de Vive la fête para dormir a mi princesa.


Si tomo en cuenta ese comienzo tal vez deba darle al 2009 los créditos del año más feliz de mi vida y seguramente lo ha sido. Ahora bien, como mi mala costumbre aun persiste, debo contar lo siguiente:


1) Tricky en La Tulipe el 3 de abril fue un show personal y tan oscuro como la piel del mismo personaje.
2) Depeche Mode en el Centre Bell el 25 de julio fue simplemente monumental, tal vez uno de los mejores que haya visto alguna vez. Sin duda…
3) AC-DC en el Estadio Olímpico el 8 de agosto fue cacofonía pura al mejor estilo demencial de cuando tenía 8
4) Metallica en el Centre Bell el 19 de septiembre fue una buena celebración de mis 36 gracias a un regalo inesperado de amigos dementes
5) Peaches, como Paris…dos veces al año fue suficiente para decir que es el mejor performance en vivo de una artista emergente…Godet lo confirmo en Le Bataclan en Paris hace un par de días. A rising star , quoi!


El año no termina aun y entre buenas y malas noticias siempre hay un momento en el cual debo escudarme en buena música. Hoy no sé si hacerlo en el disco de Beast para darme una razón de ir al show este martes, no sé si Corneille tenga letras que me ayuden a vivir el duelo en un domingo de soledad, frio y tristeza, no sé si sea entonces Invisible Violence de We are Wolves para poder llamar a los vecinos y preguntarles que tal les fue. Lo cierto es que cuando se está lejos recibir llamadas no siempre es agradable.


Al tiempo que mi siempre consentidora abuela, la cual consintió incluso esta demencia (Por favor leer mi primer post), se ha ido y que el balance del año hoy parece gélido como el Yukón, lo único que puedo decir es que me resulta siempre más fácil hablar de música que de la vida misma y su famosa ley.


Todavía quedan 27 días y la verdad que preferiría que fueran bien “normales” pues ya no me interesan las sorpresas (al menos por lo que queda del 2009)!

2 comments:

  1. stick it to the pimp, carlos!!!

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  2. Pasará, Carlitos, como todo, y después vendrán a la memoria sólo los buenos recuerdos del consentimiento incondicional de tu abuela y de esas grandes noches de música. Valentina tiene un padre maravilloso.

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